Como un loto desmayado era pálida Musmé; era su semblante pálido como un lirio reflejado en una taza de té. En el triste Yoshiwara se escuchaba su canción: he perdido mi esperanza, y como una porcelana se me quiebra el corazón. Ojos de claro de luna, rostro de seda y marfil; en el pesar de su angustia se quejaba igual que una prematura flor de abril ... Y una tarde de repente, tronchada por el dolor, como un suspiro que muere apacible y dulcemente Musmé se murió de amor.
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