Loreley es una roca de la orilla derecha del Rin, en la provincia de Hesse-Nassau (Prusia). Debe su celebridad a la leyenda de la sirena que, a la caída de la tarde, atrae allí a los pescadores con su canto, y los hace perecer. El gran poeta Enrique Heine ha dedicado hermosísimos versos a esa leyenda, y suyas son las inspiradísimas estrofas que siguen.
No sé por qué estoy triste... una rancia leyenda,
De tiempos antiquísimos, a mi memoria viene...
Hiela el viento... atardece... el Rin corre tranquilo,
Y dora las montañas la luz del sol que muere.
Una hermosa doncella misteriosa se asienta
Sobre el abismo... viste de flamantes joyeles,
Sus guedejas de oro con peine de oro aliña,
Y canta melodías que abeleñan la muerte...
Al pescador que acerca su barquilla a la roca
Infúndele salvaje dolor que lo enloquece. ..
No ve el peligro... y mira fascinado a la bella
Loreley que lo encanta ¡y lo lleva a la muerte!
De tiempos antiquísimos, a mi memoria viene...
Hiela el viento... atardece... el Rin corre tranquilo,
Y dora las montañas la luz del sol que muere.
Una hermosa doncella misteriosa se asienta
Sobre el abismo... viste de flamantes joyeles,
Sus guedejas de oro con peine de oro aliña,
Y canta melodías que abeleñan la muerte...
Al pescador que acerca su barquilla a la roca
Infúndele salvaje dolor que lo enloquece. ..
No ve el peligro... y mira fascinado a la bella
Loreley que lo encanta ¡y lo lleva a la muerte!
Fuente: El Tesoro de la Juventud
No hay comentarios:
Publicar un comentario