de abrazar la vida y comenzar de nuevo.
Aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje,
perseguir tus sueños, destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor, no cedas.
Aunque el frío queme.
Aunque el miedo muerda.
Aunque el sol se esconda y se calle el viento.
Aún hay fuego en tu alma. Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque yo te quiero.
Porque existe el vino y el amor es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas. Quitar los cerrojos.
Abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto.
Recuperar la risa. Ensayar el canto.
Bajar la guardia y extender las manos.
Desplegar las alas e intentar de nuevo.
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas.
Aunque el frío queme.
Aunque el miedo muerda.
Aunque el sol se ponga y se calle el viento.
Aún hay fuego en tu alma.
Aún hay vida en tus sueños.
Porque cada día es un comienzo nuevo.
Porque ésta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo y porque yo te quiero...
—Mario Benedetti, uruguayo—
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