Estando Cristóbal Colón a la mesa con muchos nobles españoles, uno de ellos le dijo:
—Sr. Colón, incluso si vuestra merced no hubiera encontrado las Indias, no nos habría faltado una persona que hubiese emprendido una aventura similar a la suya, aquí, en España que es tierra pródiga en grandes hombres muy entendidos en cosmografía y literatura.
Colón no respondió a estas palabras pero, habiendo solicitado que le trajeran un huevo, lo colocó sobre la mesa y dijo:
—Señores, apuesto con cualquiera de ustedes a que no serán capaces de poner este huevo de pie como yo lo haré, desnudo y sin ayuda ninguna.
Todos lo intentaron sin éxito y cuando el huevo volvió a Colón éste al golpearlo contra la mesa, colocándolo sutilmente lo dejó de pie. Todos los presentes quedaron confundidos y entendieron lo que quería decirles: que después de hecha y vista la hazaña, cualquiera sabe cómo hacerla.
De esta historia viene el dicho popular de que «Colón fue el primer hombre que... puso un huevo de pie» y que se use la expresión «como el huevo de Colón» para describir algo que parecía complejo o difícil y que resulta simple o sencillo una vez entendido.
—Girolamo Benzoni en su Historia del Nuevo Mundo (Venecia, 1565)—
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